Tessa Clarke, CEO y cofundadora de la app OLIO comparte sus mejores ideas para preservar la comida por mucho más tiempo.
Me he vuelto un poco fanática de los congeladores desde que descubrí que un congelador puede ser tu mejor amigo en la guerra contra el desperdicio de alimentos. Con México desperdiciando 11.9 millones de toneladas de alimentos al año, situación que coloca al país como uno de los más derrochadores de América Latina, sólo superado por Brasil, es más crítico que nunca que todos nos familiaricemos con lo que podemos y no podemos congelar. Así que aquí están mis consejos para hacer uso del congelador, desde lo obvio hasta lo sublime: ¡disfrútalo!
Pan, tortilla, pasteles o pan dulce: Este grupo de alimentos encabeza la lista entre los más desperdiciados en el país. La buena noticia es que tanto las tortillas, el pan, galletas, cuernitos o pan dulce pueden ser congelados antes de que sea demasiado tarde. Cada vez que quieras comer alguno de estos productos que ya tengas en el congelador, sácalo y tuéstalo enseguida, otra opción es meterlo al microondas en la función defrost (descongelar) unos minutos.
Leche, salsas y otros líquidos: La mayoría pueden ser congelados, sólo asegúrate que al llenar el contenedor donde vayas a congelarlos dejar un espacio prudente, ya que los líquidos se expanden al congelarse. Llena sólo ¾ del recipiente y deja el resto libre. Para congelar y descongelar te recomiendo usar tuppers de mediana altura que fácilmente quepan en el microondas, de otro modo (si son muy grandes) tendrás que dejar que se descongelen a la intemperie y puede tardar más el proceso.
Queso: ¡se puede congelar absolutamente!, sin embargo, asegúrate de cortarlo en bloques pequeños para que puedas sacar sólo la cantidad que vas a necesitar. El queso tras ser descongelado se vuelve un poco desmenuzable o migajoso por lo que es mejor que lo uses para cocinar o gratinar que en sándwiches.
Frutas y vegetales: Tiendo siempre a picar o trocear los vegetales y frutas que sobran y guardarlos en un tupper. Especialmente las frutas congeladas sirven perfectamente para hacer smoothies. En el caso de las verduras se pueden descongelar y sirven para cocinar lo que quieras al recalentarlas.
Hierbas: Al trocearlas se meten en un molde para hielos con un poco de agua o aceite. Pueden usarse directamente sacando cubitos del congelador para freír o guisar.
Vino: Seguramente se han encontrado en la situación de usar una botella de vino y que quede un sobrante de ella, ¿qué hacer en estos casos? lo congelo en un bote de mermelada lo que significa que siempre tengo vino blanco a la mano para hacer un risotto, o vino tinto para un estofado.
Carnes: Ya sean cocidas, procesadas o crudas todas pueden congelarse, sólo hazlo antes de su fecha de expiración. Es también muy importante asegurarse que la carne esté bien descongelada antes de recalentarla, y cuando lo hagas que sea a fuego alto.
Huevos: Aunque no lo crean los huevos pueden ser congelados también, sólo necesitas batirlos y congelarlos o la otra forma es separar las claras de las yemas y meterlos al congelador en diferentes recipientes. Lo único que debes considerar es que las yemas pierden un poco de consistencia al ser congeladas aparte.
Barbacoa de fin de semana: Los fines de semana cuando hago algún platillo con carne o pollo suelo cocinar extra y congelar algunas porciones de carne, pollo, papas, coles de bruselas, dependiendo del plato que prepare en contenedores de plástico separados. Es de gran ayuda en ocasiones en las que tengo un domingo en el que estoy cansada y no me apetece cocinar. Puedo sólo sacarlo del congelador y está listo. Para todo menos para la carne, lo pongo directamente en el horno y dejo que la carne se descongele. Lo mismo con el puré de papas que suelo hacer, hago un poco más de cantidad y lo congelo para futuras ocasiones.
Alguien recientemente me preguntó si existe algo que yo no congelaría y debo confesar que sinceramente no se me ocurre nada… ¿y a ti?