Adele ha demostrado en repetidas ocasiones que es capaz de hacer lo que sea por sus seres queridos, desde organizar una boda de ensueño en el jardín de su mansión para uno de sus amigos, hasta salvarle la vida a una de sus mejores amigas.
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Medios de comunicación han revelado que Laura Dockrill, con quien la cantante estudió en la escuela de Artes Escénicas de Croydon, en Londres, estaba pasando por algún tipo de trastorno, pero que fue hasta que la intérprete se percató de varios detalles que decidió acudir con un experto que la diagnosticó con psicosis posparto.
«Tuve un embarazo feliz y saludable. Estaba muy enamorada y contaba con el apoyo de mis amigos y familia y de mi increíble pareja. No había razón alguna para que algo saliera mal. Pero sucedió, de forma totalmente inesperada. Tuve un parto extremadamente caótico y traumático que terminó en una cesárea de emergencia y luego, rápidamente, las cosas empezaron a salirse de control», explicó Laura en el programa ‘Steph’s Packed Lunch’.
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A partir de aquel momento, ella comenzó a experimentar insomnio e indicios de ansiedad que acabaron dando pie a delirios, palpitaciones y ataques de ansiedad.
En realidad, no es solo una estrella del pop, aparentemente también es médico porque ella… Bueno, digamos que mi paranoia se salió de control. Perdí toda la fe en mi familia y amigos. En las mismas personas que me querían, lo cual resultó muy doloroso»
Un día, la escritora llamó a Adele para contarle que su suegro había intentado hipnotizarla, lo que encendió las alarmas en la cantante, quien de inmediato colgó y se apresuró a la casa de su amiga para percatarse de que no sufriera algún daño.
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«Entonces buscó en Google ‘psicosis después del parto’, y apareció en la página web del NHS como una emergencia médica… Yo pensaba que, como era una enfermedad mental, saldría de ella sola y no tendría que ir al hospital», confesó Laura.