Es una tradición que a principios del mes de octubre las panaderías de México se llenen de pan de muerto, delicioso manjar de repostería que es fundamental para las festividades de Día de Muertos.
Este pan forma es uno de los elementos fundamentales de las ofrendas con las que recibimos a nuestros seres queridos que se encuentran en el más allá. Aunque la mayoría conocemos el tradicional con ralladura de limón y azahar, existen otros en los diferentes estados de la república mexicana.
Pan de muerto
El tradicional y redondito, que emula un cráneo. Hay desde pequeños hasta tamaño familiar.
Es elaborado con anis tradicional, ajonjolí, ralladura de naranja, mantequilla y azúcar. Algunos están rellenos de crema, nata y hasta chocolate.
Pan de ofrenda
En Michoacán se elabora un pan con forma humana que comúnmente se coloca en los altares. Está elaborado sólo con harina de trigo, azúcar y sal. En la zona oriente del estado se elabora de tal manera que debe quedar muy duro, mientras que en el poniente es delgado y suave.
Pan amorfo
En Chiapas se prepara uno con forma de persona pero este es colorido: rojo amarillo y verde. Se prepara como el de Michoacán, con la diferencia que se le agrega hojaldre.
Pan borrego
En el tianguis de Miahuatlán de Oaxaca se vende un pan con forma de borregos y tienen una decoración hecha con azúcar en la parte superior.
Golletes
Son un tipo de rosca color rosa intenso. Su sabor es muy dulce y suele colocarse en las ofrendas pues dicen está relacionado con los guerreros vencidos en combate.
Pan bordado
En Villa de Zaachila que llama la atención por su diseño. El decorado es tan detallado y colorido porque está relacionado con los bordados que utilizan las mujeres de esa población.