La pandemia por COVID-19  ha cambiado varios aspectos de la vida cotidiana de las personas en general y la forma en como se desenvuelven en ella afectando principalmente los aspectos económicos, sociales y de salud, cuyos repercusiones han tenido un gran impacto en la calidad de sueño.

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El insomnio es uno de los principales padecimientos que durante el confinamiento ha afectado a muchas personas, debido al “retraso de fase” originado cuando los cambios en nuestra rutina afectan nuestro sueño. De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alrededor del 45% de la población adulta en México padece algún tipo de trastorno de sueño; sin embargo, esta cifra puede incrementar por los cambios implementados en la nueva normalidad. 

El insomnio es uno de los trastornos más comunes del sueño y a lo largo de estos meses, ha incrementado debido a  la situación que se está viviendo; consecuencia del aislamiento social, los cambios en las actividades, la preocupación por la salud personal y familiar, la incertidumbre, entre otras cosas que pueden provocar estrés y ansiedad en las personas afectando su bienestar integral.

Estos padecimientos emocionales afectan la conciliación y la permanencia del sueño. El estrés, por ejemplo, puede llegar a afectar diversos neurotransmisores, perjudicando el funcionamiento del cerebro; al incrementarse la producción de la hormona cortisol, como una respuesta del cuerpo; causando fragmentación del sueño e insomnio.

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Este trastorno, a su vez, provoca que las personas tarden mucho tiempo en dormir, se despierten con frecuencia durante la noche o muy temprano; tengan una sensación de no haber descansado y si ocurre constantemente, causa falta de energía y atención, ansiedad, irritabilidad, entre otras alteraciones en la rutina.

Es muy importante procurar una buena calidad de sueño; y con más razón durante estos tiempos de pandemia, porque dormir bien beneficia al sistema inmunitario al fortalecer las defensas del cuerpo; mejora las funciones cerebrales en aspectos como el aprendizaje, la memoria, la toma de decisiones, asimismo; repercute en el estado de ánimo de las personas fomentando una vida sana.

Por Adriana Hernández

Me encanta bailar, cantar y disfrutar de este sueño llamado vida